Sigo leyendo el libro Inés y la Alegría. Y me hace pensar y recordar situaciones. Durante 40 años, cuando hubo la dictadura de Franco, en España se estuvo educando a las mujeres para que fueran 'Señora de...'. No había otra opción. Me decía mi madre que las familias que tenían dinero enviaban a su hijos, chicos, a estudiar y 'las hijas se quedaban a aprender a bordar y a hacer encaje'.
La otra opción era, las mujeres que se salían de ese patrón eran ligeras de cascos, putas. Hoy oía en el autobús como hablaban dos mujeres de alrededor de 50 años y decía una de ellas que un compañero de trabajo catalogaba a un grupillo de mujeres como 'frescas'. 'Frescas' porque decía que salían a desayunar y que se echan unas risas. Hoy 25 de marzo de 2011.
Hemos avanzado mucho, pero siguen quedando muchos restos de aquellos años, de aquella represión, de todo lo que se machacó a tanta gente. A sangre y a fuego. Decían que la represión en España fue muy dura, que ningún país occidental ha sufrido una represión tan extrema. Se habla de que Stalin ejerció algo parecido sobre su pueblo.
Hubo tiempos que se decía, ya está el abuelo con las historias de la guerra civil. Quizá hubiera que escucharles, habría que dejarles que contaran todo lo que tienen. Todo lo que vivieron les dejaría marcados.
Me cuenta mi hija de 10 años que en el colegio un niño (de Ecuador) ha dicho en clase 'las mujeres están para fregar'. Una profesora joven no se lo podía creer y dijo que levantara la mano quien lo hubiera dicho. Este niño levantó la mano y lo volvió a repetir. La profesora de matemáticas (Mireia) le dijo que a estas alturas no es cierto y que le parecía increíble que alguien pudiera decir eso.
Yo le decía a mi hija que muchas personas lo piensan y no lo dicen. Sigue habiendo muchas ideas que no se han superado y hay sitios que tienen situaciones todavía peores.
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