Me gusta esta mujer. Me gusta que sea imperfecta. Que meta la pata a cada momento. Me siento bien viendo a esa mujer que tiene muchos defectos y muchos problemas. Y además lo cuentan con humor.
Esta mujer es real. No es la mujer idílica que nos contaban que había que ser. La mujer perfecta, ejemplar, de los tiempos de Franco. Me siento más cerca de ésta, de Bridget, un poco gorda, si bebo me sienta mal, digo cosas a destiempo.
Hay que intentar no cometer fallos, me decían hace un tiempo que lo normal es que podemos cometer alrededor de 3 o 4 errores al día. A veces esos fallos pueden ser malos, pero se puede aprender. Prefiero gente normal, real, la gente que se moja en un charco, que tiene bragas horribles. Que le sobra un poco de peso. Que se enamora de gente imposible.
No llevo lencería fina como Bridget Jones.
Recuerdo en el viaje de fin de carrera, fuimos a Francia y Suiza. Fuimos a ver la fábrica de Nestle en Suiza y varios sitios en Francia. En Montpellier una compañera se compró lencería fina y mi amiga Mª Angeles le decía que para qué se la iba a poner si no tenía novio. Y la otra le dijo que para verse ella misma bien.
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