Hace un año por estas fechas conocí a un hombre, es hematólogo. No ejerce, aunque tenía su plaza ganada, porque decía que la responsabilidad de un hematólogo es muy grande, de su diagnóstico dependen decisiones que pueden ser cruciales para las personas.
En aquel momento nos comentó que a Abidal le habían diagnosticado un tumor en el hígado y que lo habían hecho por unos análisis clínicos. Nos dijo que cuando se diagnostica cáncer de hígado por esta vía suele ser maligno y que no iba a poder jugar más.
Le operaron de inmediato y pasados unos meses la noticia, Abidal volvía a jugar.
Este hombre, Oscar, nos dijo hace poco 'Me equivoqué, ha vuelto a jugar'.
Ahora un año después de aquello, de la primera noticia, dicen que a Abidal tienen que hacerle un transplante de hígado, y que no va a poder jugar más.
Entonces la entidad deportiva ha pasado por encima del jugador y no ha pensado que deberían cuidarle por su persona y su futuro. O es cierto que un diagnóstico puede ser distinto con distintas consecuencias.
Cecilia es mi hija de 11 años. Iba a natación en un club no muy importante, pero que competía con otros clubs. Un día nos dice 'Me ha dicho el entrenador que tengo las pulsaciones altas, y otro día me dijo que no recuperaba tras un esfuerzo'. El entrenador no nos dijo nada, fuimos al médico y vieron que tiene una arritmia en reposo. Esa arritmia desaparece cuando el esfuerzo es continuado. Ahora tiene que ir al cardiólogo para ver que pasa. Cuando nos dijo aquello la niña se mareaba, un día le retumbaba la cabeza y otro día se quedó que no quería ni comer. La quitamos de ese deporte.
Pero el entrenador no nos dijo nada, ¿había intereses en que la niña hiciera deporte porque cobran dinero de la federación según los resultados?.
¿Está el deporte por encima de las personas?.
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